Aprenda a cuidar la salud mental de niños y jóvenes

Con preocupación, y en medio de avances tecnológicos y científicos, somos testigos de la degradación del equilibrio mental en que caen muchos de los individuos en la actualidad.

Los problemas aparecen no sólo en personas mayores sino en menores de edad de diferentes niveles socioeconómicos.

Frente a esto, maestros, cuidadores y padres de familia pueden quedarse cortos con respecto a estrategias para prevenir y manejar conductas y afectos asociados a dichas dificultades.

 

Cuadros de adicciones, aislamiento social, ideas de muerte, ansiedad, depresión o “hiperactividad” pueden presentarse en el hogar y en el aula.

 

Lo primero que indicamos, sugerimos, es evitar toda clase de etiquetas diagnósticas.

 

Éstas no sólo generan segregación y aislamiento en aquellos niños o jóvenes que son señalados, sino que facilitan procesos de identificación de cada menor con el “nombre” que se les aporta con cada diagnóstico.

 

Si bien es importante acudir a un profesional para establecer de manera clara la situación y buscar soluciones, ello no autoriza depositar un nombre clasificatorio de “enfermo” o “discapacitado” a un ser que en su humanidad se ubica en el mismo horizonte que sus amigos, compañeros y familiares.

 

Los niños que provienen de familias reconstituidas, con padres o madres únicamente, sin empleo o educación, tienen mayor probabilidad de verse afectados.

 

Preocupa el estado de los programas que existen en diversas instituciones privadas o públicas para este tipo de problemas.

Es urgente que se generen estrategias y políticas que amparen lugares de atención y escucha que en medio de tratamientos masivos patrocinen y respeten lugares para la subjetividad.

 

Son necesarias redes de apoyo para padres y funcionarios que trabajan con menores de edad, así como el fortalecimiento de comunidades entre los mismos niños y jóvenes.

 

En Zeroes3 ofrecemos asesoría para generar y fortalecer estos espacios grupales, diseñando planes específicos para cada caso, en poblaciones de distintos orígenes y recursos. Trabajamos con maestros, funcionarios, operadores sociales, educadores y de la salud, entre otros.

 

Es claro que la situación actual de crisis hace inminente la necesidad de encontrar alternativas, con el fin de cortar cadenas de repetición, sobretodo en países como el nuestro, en donde catástrofes y cambios socioeconómicos abruptos se han presentado.

 

Sabemos que los problemas mentales y malestares de los adultos tienen historia, se han constituido durante sus infancias.

 

Si bien todos hemos pasado por situaciones “no ideales”, no perfectas, en cuanto a experiencias familiares o de otra índole, cabe resaltar que no en todos los casos se presentan síntomas y desencadenamientos de afecciones.

 

Aún, se entiende la necesidad de intervenir desde los primeros años, y cuanto más pronto, mejor. Por ningún motivo se debe naturalizar esta situación.

 

El objetivo será siempre evitar que niños y jóvenes caigan en estados graves, siendo por ejemplo hospitalizados, institucionalizados, sometidos a largos tratamientos psiquiátricos, medicamentos cuyos efectos adversos pueden provocar daños físicos y agravar sentimientos de minusvalía y capacidad de asumir responsabilidades en sus proyectos de vida.

 

Habilidades de escucha: sugerencias para los adultos

 

Es fundamental que tanto niños como adolescentes se sientan adecuadamente contenidos, escuchados.

Esto les permite explorar y entender sentimientos problemáticos.

Ser oído por alguien de manera confidencial y sin prejuicios puede aliviar estados de estrés, desespero y pensamientos de suicidio, entre otros.

Es muy importante que las personas que escuchan se sientan en la capacidad de hacerlo.

De presentarse sensaciones de inconformidad o malestar debe suspenderse la conversación de manera adecuada, sin cortes abruptos o que generen mayor dificultad en el joven.

Por ello lo más conveniente es preguntarse primero si existen las condiciones para convocar este tipo de conversaciones, o es mejor acudir a profesionales.

Otra alternativa es consultar para establecer la situación y entender si es o no oportuno el diálogo fuera de la consulta o no, y cómo se podría hacer.

 

En todo caso subrayamos que es muy importante hacer saber a cada niño que hay alguien a quien le importan y que esa persona está allí para acompañar, aún en silencio.

 

Algunos puntos para saber si es usted bueno para escuchar:

 

Usted:

 

  • ¿Le ofrece atención suficiente y privilegiada a las personas siempre?
  • ¿Permite que los demás se sienten en silencio para organizar o ubicar sus pensamientos si lo necesitan?
  • ¿Los interroga de manera gentil, con tacto y sin intromisiones?
  • ¿Los motiva a narrar su historia en sus propias palabras y su propio ritmo?
  • ¿Es capaz de ver las cosas desde el punto de vista de aquel que escucha aunque no esté de acuerdo?

 

Sugerencias para mejorar su capacidad para prestar atención a otros

 

  • Lo primero es sentir el deseo genuino de escuchar y conocerse, saber que es capaz de hacerlo de manera tranquila y voluntaria. Lo contrario puede agravar el problema o hacer que usted mismo comience a sentirse mal. No se obligue a hacerlo, en nombre de nada ni nadie.

Contáctenos de inmediato.

 

  • Sea atento. Tenga una actitud positiva, ofreciendo el tiempo necesario, sepa esperar. Evite hacer preguntas todo el tiempo y de manera automática.
  • De lugar a silencios para propiciar pensamientos, pausas, reflexiones, respuestas.

 

  • Haga preguntas abiertas, evitando sesgos. Si necesita interrogar sobre algo particular, no incluya las respuestas en las mismas preguntas.

 

  • Requiera aclaraciones para que cuestiones ambiguas queden aclaradas por el mismo joven o niño. El hecho de que sea menor de edad no quiere decir que desconozca el sentido de lo que dice.

 

  • Parafrasee, es decir, explique o traduzca en otras palabras lo que ha escuchado con el fin de verificar por ejemplo si ha entendido a su interlocutor.

 

 

  • Evite en todo caso dar sentido usted mismo a todo lo que escucha. Esto cierra la “verdadera comunicación” porque da por hecho la comprensión. La conversación,es un “acto siempre en progreso”, un “work in progress”.

 

 

  • Ofrezca alternativas de solución SIN DICTAR SOLUCIONES O MANDAR, DECRETAR, EXIGIR que se realice una acción específica. Esto puede provocar mayor angustia, aislamiento e incrementar pensamientos negativos.

 

Lo más importante es que antes de ofrecerse a escuchar o dar la mano a alguien, logre darse cuenta de su estado y hasta qué punto puede hacerlo de manera adecuada.

 

Encuentre nuestros consejos y ayudas.

Contáctenos.

Deja una respuesta

Solicite ahora mismo su primera sesión gratis

WhatsApp chat