Tanto a nivel personal como en grupos, las personas enfrentan a veces situaciones de choque o problemas debidos a diferencias en opiniones, puntos de vista, entre otros.

Aunque el conflicto sea parte inevitable de la vida, que puede ocurrir por periodos, se trata de una oportunidad que puede usarse para entender preferencias y valores opuestos.

La energía que proviene de un choque puede ponerse a funcionar en pro de la empresa y los individuos, así:

Realice la aproximación adecuada:

• Piense, reflexiones antes de comenzar.
• Invite a la otra parte a conversar.
• Sea claro acerca de sus intenciones.
• Establezca de manera clara sus objetivos mediante el planteamiento de un resolución positiva.

Comparta perspectivas:

• Pregunte a la otra persona acerca de su punto de vista.
• Parafrasee, interprete lo que ha escuchado.
• Admita la contribución del otro, es decir, acepte su aporte también.
  Describa la perspectiva propia y de sus compañeros.

Construya acuerdos

• Discuta un tema cada vez.
• Haga claras las suposiciones o presunciones.
• Explore intereses y sentimientos.

Llegue a acuerdos y pactos

• Realice una “prueba de realidad”, es decir, pregúntese si es esta solución es posible, si realmente puede hacerse dadas las condiciones presentes en cada situación.
• Haga una “prueba de durabilidad”: defina si la solución puede permanecer en el tiempo necesario o si es temporal, por un instante.
• Establezca si la salida responde a los intereses de las partes.

Planee los siguientes pasos, las etapas por venir. Cree, de manera conjunta, un plan de acción. Defina:

• Qué es necesario que ocurra.
• Los roles de cada persona, los actos y tiempos de realización.
• Los posibles modos de interacción si llegasen a ocurrir problemas.

Nadie nace aprendido y a pesar de la experiencia existen situaciones en que toda persona necesita nuevas ideas y luces ante retos específicos.

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