Cuatro ingredientes para una vida más feliz
Si bien es imposible garantizar el logro de un estado de completa alegría y satisfacción, dados los obstáculos y dificultades que día a día los seres humanos debemos enfrentar y solucionar, como parte de la vida cotidiana, sí resulta viable orientar conductas hacia objetivos de plenitud y bienestar.
Lo anterior es viable sin importa la edad, las diferencias en la situación socioeconómica, cultural, entre otras variables.
Tenga en cuenta que, en todo caso, habrá siempre posibilidad de replantear elementos con tal de situarse de manera novedosa respecto a las condiciones actuales y así conquistar lo mejor en cada época del ciclo vital.
¿Ha deseado usted en algún momento visualizar y tener control sobre su futuro para saber si aquello que está haciendo hoy le permitirá tener, por ejemplo, mejor salud o más satisfacción en los próximos años?
Aunque esto sea literalmente imposible, sí tenemos licencia para plantearnos ciertos aspectos con el fin de mejorar el estado físico, mental, espiritual y emocional.
Para empezar, la soledad mata, y no hablamos acá sólamente de ausencia de compañía física sino de la presencia de un vacío radical, inmóvil e intocado, que encontramos con preocupación en muchas personas.
Este “agujero negro sin tratamiento” se manifiesta en sus conductas y otras expresiones simbólicas y físicas, bajo formas de dolencias, dolores, angustias mudas.
Su atención ha requerido apoyos específicos, tomando en cuenta cada caso.
Adicionalmente, y para retomar el tema de lograr mayor bienestar y júbilo, es necesario contar con los siguientes cuatro aspectos:
- Una infancia alegre, sabiendo que ésta tiene efectos a largo plazo. Haber tenido una relación cálida con sus padres y/o figuras que lo criaron, es un buen predictor para futuras relaciones cordiales y más seguras con aquellos cercanos durante la vida adulta. También permite mejores cuidados generales y estados de salud más estables.
- Cabe resaltar que si usted siente no haber contado con una infancia “suficientemente positiva”, existen otras posibilidades.
El hecho de tener épocas de niñez difíciles puede hacerlos fuertes para la edad adulta porque un ambiente que implique retos, con familias por ejemplo caóticas o “disfuncionales”, condiciones socioeconómicas desfavorables o inciertas, puede promover capacidades de ajuste, emprendimiento, resiliencia y proactividad.
Específicamente, algunos de estos individuos entre los 50 y 65 años, son especialmente competentes a la hora de transmitir su experiencia y valores a las nuevas generaciones (“generatividad”), dejando entonces un legado en otras personas de la sociedad.
Se interesan por los otros, su bienestar y existencia, sirviendo como una especie de guía, mentores o maestro, figuras que inspiran valores y autoridad.
- Adicionalmente, es muy importante saber manejar el estrés, aliviar la ansiedad y resolver la angustia. Para ello lo más importante es aceptar el estado de tensión en el sentido de admitir que la persona se encuentra en un momento que no se desea experimentar por mucho tiempo.
Aún más, es muy importante ocuparse en buscar ayuda o resolver la fuente del malestar. Resulta inútil la negación o proyección en otros de los problemas y sentimientos.
Cada individuo es responsable, no solo de resolver sino de considerar que en la mayoría de ocasiones el motivo de sus dificultades se encuentra en sus mismas acciones, experiencias, historia.
Apropiarse de esta manera, le permite a cada sujeto tomar el control y ganar mayor libertad, autonomía y capacidad para salir de problemas y disfrutar de nuevas situaciones de posibilidad.
- Los momentos compartidos con otras personas sirven como factor protector para defendernos de las heridas derivadas de los altibajos propios de la vida.
En este sentido, lo más importante es la calidad de las relaciones, en conjunto con la cantidad. Adicionalmente, es muy importante el sentido de cada vínculo, su significado, siendo el área social absolutamente clave en la generación de la felicidad y salud general de cada individuo y sociedad.
¿Por qué entonces encontramos ahora en nuestras ciudades tantos lugares que convocan circulación de personas a modo de pasos, canales, andenes, o centros comerciales en cuyas plazas se busca especialmente el comercio, por ejemplo, de alimentos o “antojos”?
¿Contamos con suficientes espacios en nuestros lugares de trabajo, hogares, para causar relaciones e interacciones enriquecedoras, significativas, emotivas?
¿Desea usted aportar de manera genuina, clara y radical en la generación de una mejor calidad de vida y bienestar general, para usted, los suyos y la comunidad?
Algunas de las ideas incluidas en este texto han sido fundamentadas en segmentos de: https://ideas.ted.com/4-lessons-from-the-longest-running-study-on-happiness/
- 18 octubre, 2018
- publicado por: Astrid Álvarez de la Roche
- Categoría: Sin categoría
