Un carrete con hilo, una caja de cartón, pueden ser los objetos más simples y aún los más enriquecedores para el desarrollo del psiquismo humano.

Cabe anotar que el pensamiento y el intelecto del adulto tienen su origen en actividades tempranas, de infancia, que en medio de juegos permiten la inscripción de símbolos y huellas en la memoria. Ellas aportan ideales y creencias estables para el niño, sobre sí mismo, sus cuidadores, familiares, círculos sociales y el mundo.

Así, se logran menos angustias, adicciones, fracasos, sensaciones de depresión, falta de motivación, problemas de aprendizaje, dificultades de interacción, conducta y en lo afectivo.

Las actividades de juego permiten también considerar la razón por la cual muchos empresarios y profesionales, personas que trabajan en diferentes cargos y labores, que no han recibido incluso formaciones universitarias o terminado su colegio, ocupan cargos o ejercen tareas que les han permitido llevar vidas dignas, sacando adelante proyectos personales y familiares.

¿Cómo ocurre esto?

Existe en nuestra cultura una errada y masiva idealización de la formación académica y los diplomas, con el éxito laboral y financiero.

En virtud de esto, muchas personas se embarcan en estudios que incluso tienen dificultad para terminar, bien por falta de vocación, recursos materiales y cognitivos, falta de competencias necesarias para desarrollar del programa, dificultad en la adaptación a la vida universitaria o de estudios, entre otros.

Por eso empiezan a presentarse casos de deserción, ausencias a clases, desmotivación en estudiantes y maestros, problemas en los mismos programas universitarios y la oferta académica, fracasos académicos, disciplinarios, de aprendizaje, fallas en hábitos y presencia de conductas adictivas, crisis, entre otros conflictos.

Una alternativa de intervención ante estas dificultades, buscando mejores resultados en el logro de proyectos de vida, se basa en entender el desarrollo del juego en el ser humano, desde su infancia.

A partir de esto, se diseñan e implementan programas y talleres de intervención cuyo objetivo fundamental es permitir a las personas desarrollarse mejor y de manera más satisfactoria en sus actividades cotidianas. Se aumenta la creatividad, capacidad para proponer, resolver problemas, encontrar nuevas salidas, solventar conflictos.

¿Por qué es tan potente el juego para el ser humano?

• Lo primero es entender que jugar no puede entenderse solamente como una actividad de diversión o entretención.
• Tampoco es algo pasivo asociado al descanso y no es necesariamente un deporte.
• Se aleja de sitios como casinos, porque no es apostar o gastar dinero en algún juego de azar.
• Tampoco es “jugar con las personas” como tratando a alguien sin la debida consideración o respeto, o poner en peligro o riesgo algo.

Jugar permite la configuración de competencias específicas en cada individuo, especialmente en lo mental, psíquico, emocional. Repercute positivamente en el desarrollo del pensamiento, los símbolos, la capacidad para pensar y reflexionar, construir preguntas e hipótesis acerca del mundo, el tiempo, el ambiente social y físico.

De la misma manera, contribuye enormemente a que exista conciencia sobre los valores y dimensiones éticas, en la medida en que cada ser toma un valor para sí mismo, que proyecta a su entorno, permitiéndole cuidar lo externo tanto como su mundo interno y personal.

Cuando el niño juega, siempre existe un objeto implicado, bien sea una parte del cuerpo propio, que al comienzo no es vivida como tal sino algo ajeno. Poco a poco, ese contacto, esa experiencia con la mano, su pie, el espejo, le da una ganancia porque comprende y construye nociones, esquemas, representaciones, significados.

Este arsenal es recurso y tesoro para la vida académica, de aprendizaje, así como su desempeño laboral y familiar.

Por ello, el uso de balones, muñecos, el juego de esconderse, de buscar, lanzar y recuperar, el dibujo, moldear, recortar, pegar, entre otros, son simples pero absolutamente enriquecedores y llenos de descubrimientos y júbilo.

Pérdidas y ganancias, nacimientos y muertes, apariciones y desapariciones de cosas y personas, se entienden mejor cuando cada sujetos ha sabido jugar, verdaderamente, en su vida.

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