Hombres: merecen cuidar su cuerpo y mente

En diversas ocasiones encontramos prejuicios que dificultan asociar el cuidado del cuerpo, la mente y el espíritu, al mundo masculino.

 

Se considera con mayor frecuencia a los hombres como seres fuertes “por naturaleza”, y que resisten toda suerte de situación, sin llegar a verse afectados aspectos como el paso del tiempo u otras situaciones que a las mujeres pareciera influirlas más.

 

De esta manera, es muy importante que los hombres sean conscientes acerca de los aspectos que los estresan o tensionan, y que tengan en cuenta que el autocuidado es fundamental y necesario, se lo merecen, tienen derecho a ejercerlo.

 

Cuidarse a usted mismo implica ubicarse en primer lugar, de tal manera que logre lo mejor de sí.

 

No hacerlo acarrea indeseables consecuencias que pueden oscilar entre, por ejemplo, aumentos significativos en el peso corporal, malestares y dolores crónicos, hasta disminución de energía, depresiones severas, déficits en capacidades mentales y perceptivas.

 

A continuación le ofrecemos algunos consejos introductorios con el fin de que pueda orientar sus conductas, sabiendo que la asesoría profesional particular es la mejor vía para el logro de sus objetivos.

 

  1. Una de las razones por las que los hombres tienden a olvidarse de su salud, es su lugar como jefes en la familia. En sus planes de vida, se centran en diversas ocupaciones y responsabilidades asumidas referidas al trabajo y sus funciones de padres y parejas.

 

¿Se sorprende usted comprometiéndose con tareas laborales o de otra índole, agotadoras, en detrimento de tiempo y actividades para usted mismos?

¿Se olvida de reservar espacios para actividades al aire libre, recreativas o deportivas, compartidas por ejemplo con sus amigos, hijos, mascota?

¿Es el dolor la única señal que alguna vez lo ha hecho cambiar de actividad con respecto a sobrecargas ocupacionales?

 

Es muy importante entender que, si usted ama realmente a las personas de su familia y a otros, uno de los elementos más importantes es su bienestar. De esta manera podrá acompañarlos mejor y por más años. El autocuidado le permite entonces estar bien consigo mismo y con los demás.

 

  1. Es muy importante comprender que ocuparse de usted no es cuestión femenina o “no masculina”. Tampoco es una señal de debilidad o incapacidad para soportar.

 

La longevidad que tienen la mayoría de mujeres se debe precisamente a que tradicionalmente han sido las que mejor se cuidan, en términos generales. Es muy importante por tanto que los hombres se pregunten más frecuentemente cuáles son los elementos que incrementan o movilizan sus estados de estrés y agotamiento extremo (“burnout”), de tal manera que logren establecer cuál es el momento indicado para hacerse cargo de su propio cuidado.

 

También es muy importante que los hombre prevengan el malestar, sin necesidad de esperar la ocasión de tener que reparar las heridas cuando el daño ya se ha hecho.

Cabe resaltar que es necesario aceptar y esperar el apoyo de las personas queridas en este sentido, de tal manera que ellas entiendan que el hombre debe darse el tiempo necesario en el sentido de su bienestar.

De la misma forma, un hombre valiente sabe cuándo pedir apoyo profesional, y lo hace sin temores o dudas.

 

  1. Haga tiempo para usted mismo, sálgase de la rutina, encuentre aquellos elementos y actividades que lo hagan sentir bien, sabiendo que esta sensación se expandirá seguro en el resto de su vida.

 

Por eso es conveniente tomar una pequeña caminata a la hora del almuerzo, ser consciente sobre su postura corporal, practicar la respiración pausada y profunda mientras trabaja, hacer ejercicios con sus manos, dedos y brazos de manera frecuente. Estas cortas prácticas pueden darle resultados increíbles en corto tiempo: La constancia es clave.

 

No importa si es muy corto el tiempo que logra disponer para su autocuidado. Incorpórelo en su rutina diaria, ponga por ejemplo su lista de canciones preferidas mientras está con otros en casa.

 

De la misma forma, ponga límites que logren ser eficaces en mantener lo laboral lejos del hogar, especialmente durante las comidas familiares.

 

Al comienzo tal vez tenga que concentrarse en hacer suyo el autocuidado, luego éste podrá seguro realizarse de manera más “natural”, además de compartirse o introducirse en situaciones con otros, amigos y familiares.

 

Es claro que lo anterior no busca eliminar el trabajo y las responsabilidades. Lo más importante es que lo laboral no sea un hábito que invada toda su vida..

 

 

  1. Evite sentimientos de culpa, tenga la valentía necesaria para darse un tiempo para usted mismo, lo cual implica decirle “no” a otros.

Tome la determinación de destinarse una hora por lo menos para asistir, por ejemplo, a una reunión con amigos, ir a un masaje, una librería, tomar un curso, al gimnasio.

 

Deberá dejar por ese tiempo, de lado, a sus hijos, pareja. Sin embargo, tenga en cuenta que es un tiempo “rentable” porque le genera beneficios de salud, mejora su estado de ánimo, de tal manera que cuando vuelve a reencontrarse con sus seres queridos o colaboradores, se sentirá y proyectará energía nueva y positiva.

 

No es bueno el sacrificio o el arrepentimiento cuando de practicar el autocuidado se trata. La retribución será positiva en sumo grado.

 

  1. Entienda que el autocuidado es cualquier actividad que haga sentir bien a la persona a mediano y largo plazo.

Existen situaciones en las que el hombre puede efectivamente pasar un buen rato, pero esta sensación pasa rápidamente, es evanescente y, practicada a largo plazo, en ocasiones, puede traer efectos nocivos generales.  

 

La buena postura corporal, mantenerse relajado mental y físicamente manejando adecuadamente el estrés y evitando el agotamiento, llevar una dieta balanceada, mantener actividades físicas e intelectuales regulares acorde con gustos y estilos de vida, invertir en pasatiempos que distraigan y recreen, construir y cuidar los vínculos sociales y familiares, son algunos de los elementos que proveen sanidad vital.

 

El autocuidado incluye entonces las áreas mental, física y espiritual. Se trata, en gran modo, de considerar una vitalidad e “higiene” en el cuerpo, las emociones, el intelecto.

 

Ciertos ejercicios de estiramiento o relajación, algunas actividades mentales y cognitivas gráficas, de lectura o escritas, de conversación, auditivas o visuales, pueden darle claridad sobre pensamientos y afectos. Adicionalmente podrá ganar agilidad mental, ejercitar su memoria, construir soluciones ante dificultades y conflictos, tener clara alternativas, entre otros elementos.

 

Trate de mantenerse rodeado de personas que lo apoyen y motiven hacia el crecimiento.Intente que sus contactos vayan más allá de relaciones momentáneas mediante dispositivos electrónicos.

 

Busque la calidez de los encuentros presenciales, permítase respirar fuera de cuatro paredes, enfóquese en un lindo atardecer, tome consciencia sobre su postura corporal, cuide sus sentidos controlando y protegiéndose de estímulos nocivos.

 

Al final de lo que se trata es de mantenerse saludable y feliz.

No es difícil: se trata de hacerlo seria y regularmente.

Contáctenos para ayudarlo.

Deja una respuesta

Solicite ahora mismo su primera sesión gratis

WhatsApp chat