Algunos padres de familia se sorprenden cuando ven en los hijos u otros miembros de la familia, los efectos de haber creado un ambiente en donde ha comenzado a ser usual el uso de expresiones negativas. 

Con esto se generan ambientes en donde se produce un fuerte sufrimiento emocional y espiritual que puede «naturalizarse», sintiendo que es usual, permaneciendo así en medio de interacciones y vínculos radicalmente dañinos. 

¿Es posible generar otro tipo de espacio, menos nocivo para todos?

¡Claro que sí!

A continuación algunas claves: 

• Recuerde su infancia para valorar posibles efectos en su función como padre. Hay por ejemplo ocasiones en que por ejemplo se presentaron duras críticas, exigencias poco realistas, insatisfacción de necesidades básicas de diverso orden.
•  Valore el contexto actual. Reflexione acerca de cómo se siente, si hay o no respeto, cariño, autoridad adecuada, cuidado o por lo contrario abusos, actos violentos o síntomas mentales en algún integrante. 

También se aconseja ubicar los retos, problemas a resolver, las metas que se desean alcanzar y los recursos disponibles para ello.

•  Responda con decisión para establecer límites y acciones concretas, los vínculos que desea sostener y los que no, así como modos amables y gentiles de actuar con firmeza.

•  Intente amar y querer sin poner su vida en manos de los demás. Esto genera pérdida de libertad y fomenta dependencia y apertura a malos tratos.

• Cuide su privacidad, aprenda a decir «sí» y «no» de acuerdo a su deseo subjetivo.

• Planee reuniones y actividades para promover ambiente gentiles, lejos de tensiones.

• Comparta su situación con una persona que logre ayudarlo desde una perspectiva sin prejuicios o sesgos para solucionar momentos de angustia y frustración.

Ahora bien, si usted es padre de familia es conveniente saber que si usted recurre a alguna de estas situaciones y acciones, podría estarse convirtiendo en un «padre tóxico»:

• Manipulación emocional: comienza desde temprana edad y se sostiene a pesar de que la persona sea mayor de edad. 

Se usan expresiones que condicionan a los demás a hacer o sostener conductas que si se cortan generan culpas y frustraciones. 

• Niños que ejercen la función de padres: se invierten los roles, los niños dejan de ser independientes y pasan a tener que satisfacer a los demás, generando problemas en su independencia y proyectos futuros. 

• Padres que proyectan frustración y expectativas sobre los hijos: se critica a los menores, haciéndolos responsables de acciones ajenas a ellos. Se resaltan errores y defectos, nunca atributos, generando temores y miedos a cometer equivocaciones.

• Condicionar el  amor hacia los hijos: deja de ser libre, siendo dependiente de situaciones y estados. Hay desconfianza, inseguridad, falta de afecto, lazos afectivos débiles. 

Esto genera efectos negativos en sus vínculos y pasan a querer tener poder como reemplazo del amor que no tuvieron y que creen pueden lograr con mandos y control.

• Discusiones continuas: en la familia son normales las discusiones, pero si son violentas, dolorosas y poco sanas pasan a  ser inadecuadas.

Se valora mejor la serenidad, el cálculo, respeto, sabiduría y discernimiento. 

Es mejor en todo caso cuidar relaciones, emociones y a los seres humanos en su  particularidad.

Si usted es hijo o padre de familia y percibe que existen situaciones nocivas en el hogar, y desea mejorar la convivencia, las relaciones, cuidando el bienestar y salud de sus familia, puede solicitar un espacio confidencial para construir alternativas y soluciones. 

Programe su cita, lo ayudamos. 

Tarifas a su alcance. 

Estamos para usted y los suyo, siempre. 

Fuente consultada:

Alicia Mendoza (2022) ¿Cómo detectar si nos hemos convertido en una familia tóxica para nuestro hijo? https://www.google.com/amp/s/www.laopiniondemurcia.es/educar-es-todo/2022/01/04/detectar-hemos-convertido-familia-toxica-61248981.amp.html