La buena vía a un mejor-estar

Cuerpo, tratamientos, adicciones, síntomas y las soluciones de fondo que puede tener a su mano.

Los padecimientos, traumas, problemas mentales, de ansiedad, soledad, depresión, afecciones del cuerpo y alma, no pueden resolverse por medio de terapias del cuerpo.

¿Por qué?

Toda terapia corporal implica el rechazo del pensamiento, juicio y palabra haciendo énfasis exclusivamente en lo emocional.

Aquellos interrogantes del ser humano, que suelen estar debajo de todo motivo de consulta, son inabordables por intervenciones centradas en la sugestión, la hipnosis, la catarsis o los masajes y otros tipos de «spa».

No se de trata abolir por completo prácticas de «trainning», gimnasia o relajación, siendo indicadas sin duda en otro tipo de situaciones.

SIN EMBARGO, CONVIENE ACLARAR QUE ESTOS TRATAMIENTO DEL CUERPO REFUERZAN EL YO DEL SUJETO, HACIENDO QUE SE «INFLAME», TOMANDO CONSISTENCIA.

Con esto se cierra la posibilidad de que el sujeto se implique en aquello que lo hace sufrir, es decir que se interrogue de forma profunda acerca de su responsabilidad en los síntomas y padecimientos que lo afectan. Sin esto, resulta imposible que cada uno encuentre caminos de solución particular, que le permitan resolver para Bien sin que persista un eterno retorno del síntoma (como ocurre en la hipnosis).

Acceder en Verdad a eso que rebasa toda razón, lógica formal y consciencia es solo posible desde la palabra, alojando el analista el sufrimiento del sujeto, dejando que el paciente asocie libremente, escuchando cada equívoco, sueño, detalle en una relación de confianza y profundo compromiso de relación transferencial que pone en juego lo inconsciente en acto.

Hay momentos para cada cosa, y cada cuestión tiene su lugar… No hay forzamientos porque ellos suelen ser mentira y violencia.

Una cosa es un «spa», la búsqueda infructuosa de la restitución de un equilibrio homeostático radicalmente perdido desde el origen, entre otros.

Otra el tratamiento para el sufrimiento subjetivo, mal-estar de la civilización, los síntomas mentales, del afecto, del Sujeto del inconsciente.

Acá la búsqueda es de soluciones ante diversos impasses, aportando en los profundos y genuinos caminos del deseo inconsciente.

Pensemos el ejemplo del consumo y las adicciones a sustancias a cuyo uso suele asociarse la búsqueda del logro de la felicidad y el éxito.

Mediante las drogas o el alcohol, el sujeto lograría enfrentar el día, lo cotidiano, establecer relaciones, solventar situaciones de presión y evaluación.

El problema comienza cuando la dosificación se sale de control, siendo la persona manejada por la droga y sin la posibilidad de limitar y parar con facilidad.

El sujeto parece estallar, porque al ceder ante la sustancia se comporta en gran modo como menor de edad, adolescente que se aleja de cualquier posibilidad de abordar de forma responsable los problemas de base de la existencia y las preguntas ante cuestiones que implican la sexualidad, el lazo al otro sexo, lo laboral.

Esto evitan hacerlo síntoma, no lo abordan como pregunta en la vida y creen más en taponarlo con la sustancia y perteneciendo a grupos que al identificarse sus miembros a partir del consumo, niegan cualquier estado de dependencia.

Así, la posibilidad de hacerse cargo del propio deseo aparece impedido, saturado, ahogado.

Para abordar la cuestión del consumo y adicciones realizando una buena labor y sus derivaciones, es necesario tomar la cuestión de la existencia de forma responsable, haciéndole frente, trabajándola de forma profunda con un analista formado.

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Fuentes consultadas: